El autoconsumo fotovoltaico ha sido uno de los grandes motores de la transición energética en España, impulsado por una combinación de incentivos económicos, ayudas europeas y precios récord de la electricidad que hicieron que muchas familias y empresas apostaran por generar su propia energía. Hasta 2022, el crecimiento fue explosivo, con un incremento notable de instalaciones en hogares, industrias y comercios, como se recoge en el Informe Anual del Autoconsumo Fotovoltaico de APPA Renovables. Sin embargo, con la retirada de las ayudas europeas y la estabilización de los precios en el mercado eléctrico, el autoconsumo enfrenta ahora importantes desafíos.
En los últimos meses de 2023 y durante 2024, se ha registrado una desaceleración en el ritmo de nuevas instalaciones, lo que ha generado incertidumbre sobre si España podrá alcanzar los ambiciosos objetivos de 19 GW de capacidad instalada de autoconsumo para 2030, aprobados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). No obstante, expertos del sector apuntan a una serie de medidas y tendencias que podrían ayudar a revitalizar el autoconsumo en los próximos años.
El auge del autoconsumo: Crecimiento exponencial hasta 2022
Hasta finales de 2022, el autoconsumo en España vivió una auténtica explosión. Desde la derogación del «impuesto al sol» en 2018, las instalaciones de paneles solares para autoconsumo se dispararon, impulsadas también por los elevados precios de la electricidad que llegaron a máximos históricos en 2021 y 2022, en parte debido a la crisis energética desencadenada por la invasión de Ucrania. Durante este periodo, tanto hogares como empresas encontraron en la energía solar una forma de mitigar el impacto económico de unas facturas eléctricas desorbitadas.
Además, los fondos europeos Next Generation, destinados a la recuperación post-pandemia, jugaron un papel fundamental en este crecimiento. Las ayudas proporcionadas a través de estos fondos facilitaron a muchos usuarios finales asumir la inversión inicial en paneles solares, cubriendo hasta el 40% de los costes en algunos casos. De hecho, en 2022 se instalaron más de 2.500 MW de capacidad fotovoltaica para autoconsumo, lo que elevó la capacidad total en España por encima de los 5.000 MW, una cifra impensable apenas unos años atrás.
Este boom del autoconsumo también estuvo motivado por cambios regulatorios favorables, como la simplificación de los trámites administrativos para las instalaciones de hasta 100 kW y la posibilidad de compartir energía solar entre comunidades de vecinos, lo que fomentó la creación de comunidades energéticas.
El freno en 2023 y 2024: La retirada de las ayudas y la estabilización de precios
A pesar de los avances, el ritmo de crecimiento del autoconsumo ha comenzado a desacelerarse en 2023 y la tendencia parece continuar en 2024. Uno de los principales factores que explican este cambio es la retirada progresiva de las ayudas europeas. Los fondos Next Generation han ido agotándose, dejando a muchos potenciales usuarios sin las subvenciones que en su momento hicieron viable la inversión inicial en energía solar. Como resultado, la rentabilidad del autoconsumo se ha visto afectada, especialmente para los hogares y pequeñas empresas, que dependen más de estos apoyos para asumir los costes iniciales.
Paralelamente, los precios del mercado eléctrico han vuelto a niveles más normales, alejándose de los picos históricos que se registraron en 2021 y 2022. Con precios de la electricidad más bajos, el incentivo económico para optar por el autoconsumo se ha debilitado, ya que los ahorros en la factura eléctrica no son tan significativos como lo fueron durante el auge de la crisis energética.
Este freno ha sido particularmente evidente en el ámbito residencial. Según los datos más recientes del Informe Anual del Autoconsumo Fotovoltaico de APPA Renovables, las nuevas instalaciones en hogares han caído aproximadamente un 30% en comparación con el mismo periodo de 2022. En el sector industrial, aunque el impacto ha sido menor, también se ha registrado una ralentización en la puesta en marcha de nuevas instalaciones, debido en parte a la incertidumbre económica y la retirada de las ayudas.
Los problemas estructurales que persisten
Más allá de la coyuntura económica y la retirada de ayudas, el autoconsumo en España sigue enfrentando algunos problemas estructurales que limitan su expansión. Uno de ellos es la burocracia. Aunque en los últimos años se han simplificado ciertos trámites, las instalaciones de mayor tamaño, especialmente en el ámbito industrial, todavía enfrentan largos plazos para obtener permisos de conexión y licencias administrativas. Esto ha retrasado la ejecución de numerosos proyectos, lo que se ha traducido en una pérdida de competitividad para muchas empresas que desean invertir en autoconsumo.
Otro obstáculo es la falta de una normativa clara y homogénea para las comunidades energéticas. Aunque la legislación española permite el autoconsumo compartido, la implementación de este modelo ha sido lenta y fragmentada. En muchas regiones, los procedimientos para crear una comunidad energética y gestionar la energía compartida no están suficientemente desarrollados, lo que desalienta a potenciales usuarios.
Además, el acceso al crédito para financiar las instalaciones sigue siendo limitado, especialmente para los hogares y las pequeñas empresas. Sin el apoyo de subvenciones o líneas de financiación accesibles, muchos usuarios potenciales se ven disuadidos por el alto coste inicial de las instalaciones fotovoltaicas.
Perspectivas de recuperación: Hacia un nuevo modelo de autoconsumo
A pesar de los desafíos, el sector del autoconsumo fotovoltaico tiene ante sí varias oportunidades para recuperar el impulso perdido. Una de las vías de recuperación más prometedoras es la apuesta por las comunidades energéticas, un modelo que permite a varios usuarios compartir la energía generada por una misma instalación solar. Esta fórmula podría abaratar los costes iniciales y hacer más accesible el autoconsumo, especialmente en entornos urbanos.
En este sentido, APPA Renovables ha destacado la importancia de fomentar la creación de más comunidades energéticas a nivel local. Según su Informe Anual del Autoconsumo Fotovoltaico, las comunidades energéticas podrían contribuir a dinamizar el mercado del autoconsumo, permitiendo que más usuarios, especialmente en edificios de viviendas, puedan acceder a la energía solar sin tener que asumir los elevados costes de una instalación individual.
Otra opción para revitalizar el autoconsumo es la introducción de nuevos incentivos fiscales. Aunque las ayudas directas de los fondos europeos se han retirado, el gobierno español podría estudiar la implementación de desgravaciones fiscales o reducciones del IVA en la compra de equipos fotovoltaicos, lo que reduciría el coste de las instalaciones y fomentaría la inversión privada.
Por último, el aumento de los precios de los derechos de emisión de CO2 y las políticas energéticas de la Unión Europea podrían volver a encarecer el precio de la electricidad en el medio plazo, lo que renovaría el atractivo económico del autoconsumo. A medida que el sistema eléctrico europeo siga descarbonizándose, es probable que los combustibles fósiles se encarezcan, lo que hará que la energía solar vuelva a ser una opción rentable para muchos consumidores.
Un futuro vinculado al objetivo del PNIEC: 19 GW de autoconsumo para 2030
A pesar de las dificultades actuales, el gobierno español ha establecido un ambicioso objetivo en su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC): alcanzar los 19 GW de capacidad instalada de autoconsumo fotovoltaico para 2030. Para poner este objetivo en contexto, a finales de 2022 la capacidad total instalada apenas superaba los 5.000 MW. Esto significa que España necesitaría multiplicar por casi cuatro su capacidad de autoconsumo en menos de una década.
Este objetivo requiere no solo el apoyo gubernamental y normativo, sino también un cambio en el modelo de negocio del autoconsumo. Las empresas del sector ya están trabajando en soluciones innovadoras, como el alquiler de instalaciones solares, que permitiría a los usuarios acceder al autoconsumo sin necesidad de hacer una gran inversión inicial.
El autoconsumo fotovoltaico en España atraviesa un momento crucial. Tras años de crecimiento exponencial, la retirada de ayudas europeas y la normalización de los precios eléctricos han frenado el avance del sector. Sin embargo, las oportunidades para la recuperación están claras: fomentar las comunidades energéticas, mejorar el acceso a la financiación y renovar los incentivos fiscales. Con estas herramientas, España podría seguir liderando la transición energética y alcanzar los 19 GW de capacidad instalada que se ha propuesto para 2030.

